Una vida por vivir (3 minutos)
Por Jam Louvier
Enviado el 28/09/2018, clasificado en Amor / Románticos
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Estaba guapísimo. Allí quietecito con sus mejillas sonrosadas daba gusto verlo. Serio, muy serio, como él era, pero guapo de rabiar.
Deseaba besarlo, quizá fuera la última oportunidad que tuviese. Sería un beso sutil, que pasara desapercibido entre los presentes. Aunque sabía que si sus labios se encontraban explotaría como un volcán y no era el momento, pues la mujer de Lióscenes estaba allí mismo, observando de soslayo la escena.
Lióscenes era el amor de su vida, pero por avatares del destino se había casado con otra. Con el tiempo supo perdonarle, incluso le ofreció mantener una relación paralela. Aunque él, firme de convicciones, nunca accedió. El matrimonio era sagrado para Lióscenes.
Ahora, armándose del poco valor que la quedaba, volvió a declararle amor eterno, mientras que con el reverso de los dedos acariciaba tímidamente su mejilla. Entonces él respondió, pero no de la forma abrupta de los últimos años, sino con una sonrisa y las palabras que ella siempre quiso escuchar...
Sí, por fin después de tanto tiempo Lióscenes volvió a pronunciar su nombre con deseo, y pidió perdón por los años de ausencia, por sus reiteradas negativas. Y también la dijo que ella era y sería la mujer de su vida, que sencillamente la amaba.
La espera había merecido la pena, pensó, mientras las palabras de Lióscenes se repetían en su cabeza como un bálsamo reparador. En ese momento no pudo contenerse y lloró. Sintió que las lágrimas se abrían paso, aliviando el dolor del alma. Y le dio igual lo que la gente pensara porque ahora el mundo se reducía a ellos dos.
Y allí, al pie de Lióscenes, se descalzó sin prisas, como si fuera su primera noche, y con sumo cuidado se acurrucó en el féretro, junto a su único amor… :)
Jam Louvier, abril 2019
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