ASESOR

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Hedvika ya tenía sus 29 mientras que Gary estaba en los 18, pero aun con esta diferencia
ella todavía conservaba su halo de niñez que la hacía verse como de 14. Bueno, el asunto es que una tardecita linda de esas en que Gary disfruta de la presencia de Hedvika, le pregunta si puede ir a su casa a pedir su mano y ella dice entre risillas mordaces:
–– ¿Mi mano? ¿y por qué no más bien mi rajita?
–– Fue solamente un juego y si eso no te gusto olvídalo.
 Pero es que eres un hombre muy apuesto y yo una mujer, ¿o no te gusta la idea?

Cuando dijo esto se pasó la mano por la ingle sobre esos minúsculos pantaloncitos translúcidos. Cuando estaban por despedirse él la besó en la mejilla y ella separó un poco más las rodillas para decirle que ese beso le había caído en la cosita.

Esto sí que es algo que no tiene explicación. Es cierto que Gary no es ningún ingenuo pero la chica como que va más rápido de lo que él espera. Un par de días después ella necesita que él la asesore sobre un sistema de alarma que hay que instalar en el almacén. Ella le presenta a su jefe el señor Poulet quien los recibe con bastante entusiasmo. Gary piensa que está en su mejor día hasta que el señor Poulet entra nuevamente en el almacén mientras Hedvika está de cuclillas y se le marca la abolladura. Para colmo de cosas Poulet se agacha para ayudar a Hedvika y se pone más de esos muslos.

–– Señor Poulet ¿qué es eso que está frente al almacén?
la pregunta de Gary es para desviar a Poulet de Hedvika, porque un tantico más y le termina de meter mano a Hedvika. Es un archivo de gerencia jovencito. Pienso que usted podrá también asesorarnos con esos registros.

Poulet abandonó el almacén y eso hizo que a Gary se le calmaran un poco los nervios.
Hedvika  regaña a Gary diciéndole:
–– No veo el porqué de tus celos niño, con tocarme la cosa no te está quitando nada a ti.
–– Pues pensé que este trabajo lo podíamos hacer solos y además, si lo haces o no
con tu jefe, quiero estar contigo no con él.
–– a  ver, a que no me quitas el pantalón aquí en el almacén, que tanto que me celas y eres un miedoso.

Gary no espero que Hedvika se lo dijera por segunda vez. Le quitó el pantaloncito y le beso su ojiva con bastantes ganas. Le dio lengua y dedo hasta que ella estallaba de emoción.
–– Niño no sabía que sabías tanto. Ahora métemelo así sabrosito.
Y así sabrosito se lo metió.
–– Sí lo sabes hacer, ahora puedes ir a mi casa y pedir mi cuca.
–– Primero orínate en mí.

Así que otra vez le dio agresivas estocadas con su hierrito hasta que ella se orinó
haciendo el coito.
–– Otra cosa Gary, el señor Poulet no me lo va a meter ni me va a dar mano te lo
aseguro. Así que cualquier cosa no te pongas celoso.
Mientras se vestían llegó nuevamente Poulet y no dijo nada. Fue así como
Gary emprendió su carrera de asesor de chicas. La próxima sería una de 21 que
tenía una figurita bien delicada.


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