Pequeños granos de café.

Lo veía, siempre en la cafetería con un semblante desgastado y cansado.

- Solo unos pequeños granos de café- Decía todos los días que visitaba la cafetería.

Él hacia de mi día feliz, lleno de colores, en el que solo se admiraba el bellísimo arrebol...

Todos las tardes...

Yo siempre era él que lo atendía, ya era parte de mi rutina...

Se mostraba frío por fuera, pero su bonhomía seguía ahí, y yo lo sabía.

Pequeños granos de café era los que yo le daba, sin embargo no era suficiente para mantenerlo ahí...

Conmigo.

Lo extrañe por las tardes de café, lo extraño por las noches de pequeñas y cálidas risas...

Extraño esa sonrisa que era tan representativa de ti...

Extraño esos ojitos tan profundos y acaramelados que con solo una mirada me decían lo inexplicable.

Extraño tu presencia en la mesa del fondo del local, al lado del hermoso paisaje que se mostraba por el ventanal...

Simplemente extraño todo de él, aunque sé que no lo volveré a ver...

Yo solo era su mesero, pero el me atrapó y me adentró a su mundo.

No comprendo que hice, solo sé que no fué lo suficiente...