En una subasta de pertenencias habías desde simples trozos de papel en blanco hasta muebles suntuosos muy llamativos. A medida de algunas de las piezas eran compradas se le preguntaba a quien la compraba lo que lo había motivado a hacer la compra.
Se hacercó al lugar alguien que necesitaba un lápiz. Empezó a mirar y estuvo detallando cada lápiz que lograba alcanzar con su mirada. Cuando pensó que había visto el que le convenía preguntó cuanto era el valor inicial del objeto. Entonces un señor serio pero con una sonrisa le dijo: "aquí nadie compra esto así que lo que usted me ofrezca es bien recibido". Debido a la amabilidad de aquel hombre, le ofreció una moneda de un peso. Aclarándole que era todo lo que podía ofrecer.
–– Amigo su oferta es realmente generosa
–– Pues junto con este lápiz de me llevo también una buena impresión de usted
Lo significativo fue la forma en que fue atentido más bien que lo que compró, y es que un buen gesto o uno malo también se intercambian y además son bienes no subastables.
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