Andamio al ápice...
Por esa ventana sin alas ni miedo
cae la nieve amando al tiempo
por el otoño sin demorar la sed
en la palabra fervorosa de la entrega
¡ Sólo natura que cura !... Sin piruetas
En los trenes erizados por el eléctrico drama
¡ Por la brisa maternal de una sonrisa !
En las íntimas dulzuras de un geranio
Una tibia acogida, madrugadora, complaciente
Bordando un laurel en calma...
¡ Andamio al ápice de castalia fuente !
Encarnada amena con presteza ágil
¡ Encarnada en travesía halagüeña !
Por ser virtud que inspira leal
Y estremece a los lamentos sepulcrales
Al cuidado inhabitual de las ovejas
¡ Oh, luz que ayuna del pudor falsificado !
¡ Cuanta sensatez hay en el amor maduro !
Con lo adusto, cauto y recatado
Con la materialidad espiritualizada
¡ Cierta claridad cierto compartirse !
¡ Andamio al ápice del caudaloso río !
En la esplendidez de un espasmo perenne
Pletórico dar y recibir al cenit cediendo
Al pináculo copiosidad almendrada miel
Sin traficarse especulando... ¡ Sólo !
Sin apropiarse nimio hábil... ¡ Nada !
Sin alas, sin miedo, sin sueño... ¡ Todo !
Con afán, con raíz, con alma... ¡Cada parte !
Dócil asequible cómodo satisfecho... ¡ Cada poro !
Con lo más humano de la falibilidad insurrecta
dando y dando... ¡ Serenata al sol y la luna !.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
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