Obcecado...
Anochece en el triángulo sedoso de la noche
en los dibujos astronómicos del enojo
con las pestañas inflexibles de las piernas
y una lluvia de frambuesas que punzan
que pesan al viento sus cabellos de fuego
en los pañuelos incomprendidos del caballo
con la miel cuando mira el sufrimiento recto
de un suspiro que huele a hierba seca...
Obcecado
Ocioso
Obstáculo opíparo opresivo
En las tranquilas tinieblas de la solvencia
tríptica y evasiva al hender en enfado
al desagradecer la andanada salubre
en el atardecer arrugada y escarchada
la concha marchita en el jardín del olvido
en los círculos que truenan al otoño azul
por las calles de las dudas exactas intérpretes
en las flores que duelen al invierno suplicante...
Obcecado
Ominoso
Oquedad opulento orco
Al amanecer como las ventanas en la colina
deshilando los ladridos en los conejos
sin culpa ni envidia sin confín ni reptar
en los racimos de rocas constantes
en los papeles bestiales de las murallas
fragancias de impune fiera conmovida
¡ hasta en la mañana del cruel consejo !
del espejo solitario persiguiendo al tiempo...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
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