Renacemos.
No sabemos el porqué,
pero estamos juntos.
Hemos recogido la cosecha
de años de esfuerzo,
que nos llevan
donde la misión
nos hace regresar
a la alegría misma.
Nos agarramos
a cuanto ocurrió
con un anhelo de libertad.
Hemos asegurado
que es posible.
Nos demostramos con hechos
que podemos ser felices.
Las premisas nos valen.
Hay gratas impresiones.
Nos congratulamos
con ese empeño
que es virtud y certeza
casi al mismo tiempo.
Nos escuchamos.
No hay escudos.
Asimilamos
los procesos de antaño,
que nos incluyen en sanas verdades
que nos pertenecen.
Hemos aglutinado
esos sitios que no nos vencieron,
y ahora tomamos el curso
de la fantasía rampante.
Nos debemos a la gran idea
que nos devuelve
a los parajes donde fuimos útiles.
Ya somos,
y, por supuesto, seremos.
Juan Tomás Frutos.
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