Buscando la forma para poder contigo estar, a prueba pongo el ingenio, faces mil creo y a tí van, sabe Dios si de ellas alguna te agradará.
Abngada, como madre a vos y a tu angustia me abracé. Sabía algo, pero ahora lo comprobé, no sólo en tu ser habita, te acompaña por doquier.
Inquieta, desconfiada, celosa, invisible espía, lectora de tus palabras que con marcada escasez, recelosas guardan lo que divaga en tu mente y me rendí impotente a la inviolable mudez.
Indiferente lejana, tratando con poca suerte de parecer otra, de ahuyentar la previsible mujer enamorada, sucesión de intentos vanos por notar tu mirada.
Tal vez como música en reposo que guardan los pentagramas, dormida en tus ensueños, con algo de todas, sea esa la manera de estar contigo, la única, la necesaria.
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