Denunciar relato
El mundo sólo ha sabido joderme. Desde muy chiquito lo he padecido. En el colegio, en la calle, en mi casa. Ahora ha llegado el momento de resarcirme, ahora seré yo quien devuelva el golpe.
Piso fuerte el suelo, sin miedo, sin temor a los ojos de nadie. Veo un grupo tirado en el suelo. Huelen desde aquí, inundados en su mierda, han perdido la dignidad. Son nada, invisibles a la luz, a la vida que se agita alrededor.
Me ven acercarme. Hablan. Veo también dos niñas adormiladas.
Se apartan ante mi presencia. Me acompañan dos grandes bolsas. Las abro mirándoles a los ojos y mientras reparto bocadillos siento que aún tenemos esperanza.
sebástian tull, 2018
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