Denunciar relato
¿Recorreréis por siempre el vasto laberinto, pendientes de la llama que fue encendida? ¿No dudaréis nunca de su mechero? No parecéis dispuestos a amainar la inquietud. La ansiada salida es la magia misma; es la oportunidad, que no halla su representación física, sino psíquica. No hay error al encaminarse con la llama que provocaron terceros; lo hay cuando no se sospecha, atiborrando de miedo el brío. Bien puede coexistir la llama con la sospecha, siendo ésta capaz de apagarla o reavivarla; a placer, a conciencia. Bien puede forjarse la llama; la propia, pero que no quede libre de sospecha.
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