Con mono de escribir.

Por
Enviado el , clasificado en Varios / otros
952 visitas

Marcar como relato favorito

En la playa no hay nadie: el cielo y la tierra. El sol había desaparecido y se había levantado un viento pesado. El viento, la lluvia, el sol; nuestro patrimonio. Los parpados me pesan como el plomo, la lengua se me enreda y no puedo articular palabra alguna, cuando el atardecer se convierte en un color naranja apagado y encendido, pareciéndose a una colosal llama de fuego. Me quedo en silencio, el mar suena, no desafina…Sale un centelleo que a su vez emite música. -¿No ves que estar hay sentado mirando el mar te acorta la vida? –dijo un señor. –Si se va a poner usted en ese plan, el propio hecho de vivir también la acorta –dije sin quitar la vista del horizonte. Que fácil y divertido es jugar a esto. El señor siguió hablando y hablando, yo desistí, atrapado otra ver por la aburrida conversación. Unos prefieren hablar, otros mirar el mar. Terminada la función. Miro hacia arriba y me pregunto ¿habrá conocido mi abuelo Juan a Herman Hesse, Camarón De La Isla, Anna Frank, Andrés Montes, José María Iñigo, Dostoyevsky y a Miguel Ángel Benítez Gómez? Espero que sí. La libertad, una ley…El amor, todo lo contrario. Thomas Mann dice: caminas y caminas…Y por ese camino nunca llegaras a casa a tiempo, porque habrás perdido el tiempo, como te habrás perdido en el tiempo. Ahora tengo mucha fatiga, ahora ya se me ha quitado.

Con la pasión, uno se pierde y se olvida. En el parlamento español, se dice en tono vulgar: ¡sinvergüenza, maleante, fascista, comunista, rateros! Mientras los oradores tienen el uso de la palabra. Con temas intelectuales, se puede ofender pero nunca insultar. Miedo, orgullo, ira y una terrible vergüenza se agolparon en mi cabeza; apreté el culo y los dientes, y me crucé de brazos ¡Joder, no lo sabemos…Además, eso qué más da, eso qué importa! Contemplé a la gente que pasaba, detenidamente, y me sentí bastante infeliz. Luego me asomé a la puerta y vi a mi vecina. Mi vecina, tiene una bayeta en la cocina, en el cuarto de baño de arriba y de abajo, tiene otra bayeta en el salón, en las habitaciones, terrazas, balcones, hasta tiene una bayeta de lunares celeste en lo alto del televisor, y también al lado del cenicero. Mi vecino, marido de mi vecina. Se levanta muy temprano y estornuda, se asoma por la ventana de la cocina, y echa un gran gargajo, mientras se fuma un cigarro. Él suele decir << Ay, qué pena >>, mientras fuma, estornuda y echa gargajos. Un día estaba mirando a mi vecina y quedó convertida en una niebla espesa y negra. A veces, tengo la sensación de estar muerto.

Una vez, una mujer con un delantal y una legaña pegada al ojo izquierdo, me dijo: diez mil hombres no puede gobernar un estado, y qué bien administra la casa una sola mujer. También me dijo: a veces, tengo un ojo puesto en el potaje y el otro en el desgraciado de mi marido. Luego me dijo: los niños, la construcción del jardín…Los ancianos; experiencia y extremistas. Ésta misma mujer, le dice a su hijo de once años, que llega de la calle de jugar: hasta ahora no llegas Juanito ¿a qué has jugado en la calle? ¿Con quién has jugado? ¿No te dolerá la cabeza, verdad Juanito? ¿A ver, cómo te sientes? ¿Dímelo eh, Juanito, hijo? Si te duele la cabeza ¿no habrás comido nada en la calle, verdad Juanito? ¿Qué te han dicho en la calle? ¿Cómo te lo han dicho, si te han dicho algo? ¿Te han mirado? ¿Cómo te han mirado? ¿No te habrán mirado mal, verdad cariño? ¡Venga, venga, dímelo eh, dime las cosas Juanito, que soy tu madre! Chssss, escúchame Juanito, hijo, prepárate que vamos a cenar. Dúchate. Ponte el pijama. Lávate los dientes. Espera, espera, los dientes no te los laves que vamos a cenar. Dúchate bien Juanito, hijo, que mañana por la mañana vamos al parque con tu padre (…) Juanito cuando escuchó esto último, dijo encogiéndose de hombros y más listo que el hambre: mañana tengo un partido de futbol  muy importante, mamá ¡importantísimo! No puedo de ninguna de las maneras ¡el partido es importantísimo! << Hasta los cojones de la madre, estaba Juanito >>.

En este punto quiero saludar: a todas esas personas que levantan las persianas hasta arriba, a las personas que ponen sabanas de pelitos en inviernos, especialmente; a todas esas personas que ven el programa de María Teresa Campo y sus hijas, también a las personas que se van de fin de semana y el viernes cogen una cogorza de categoría, y cómo no, aquellas personas que van a un concierto y tararea las canciones del artista, a los artistas que aparecen en los Cuarenta Principales, que no se me olvide, a los que escuchan con atención Europa FM, a los carniceros del mundo, a todas las personas que dicen << ¡te lo dije, te lo dije! >>, también a los que dicen << en definitiva >>,y a los hombres que dicen << ¡hay que enfrentarse a las cosas con dos cojones! >>, A los que leen dos periódicos tradicionales o más. También, a las y los personajes televisivos que más me gustan: Silvia Laplana (RTVE), Javier Gallego (Carne Cruda), Pedro Baños (Coronel y Escritor) y la gran Mara Torres (Cadena Ser, El Faro, y fantástica escritora)…Y a todos aquellos que se han molestado en leer este sinfín de sandeces. Saludos a todos.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed