PREGUNTEMOS AL UNIVERSO
Por Adelina Gimeno Navarro
Enviado el 18/11/2018, clasificado en Drama
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Sufrimiento, decisión, arrebato, dolor...
¿Cuántos más adjetivos en discordia para su amor, puede encontrar una pareja enamorada?
Respuesta: Tantos o más de los que pueden y están a favor de éste. Pero dependerá de la historia a escribir, que utilicemos unos u otros.
Estará escrita por mi personaje de ficción Irene, en su afán por atraparos en la lectura.
Ésta contará con numerosos de ellos, ya que la escritora y novelista Irene Sarva, intentará acomodar su vocabulario a simples palabras y expresiones, para no dañar la sensibilidad del lector.
Aquel día terminó dañando toda teoría que los dos tenían sobre la felicidad y el amor.
Llegando a comprender que para que ellos fueran desdichados, en otras situaciones hubo de haberse acomodado en el amor esa felicidad que ahora ellos preguntaban al universo, dónde estaba.
Después de haber escuchado esta confesión.
En muchas de aquellas calles y por aquellos años los niños y niñas jugábamos sin miedo en la calle.
Era precioso ver ponerse el sol por la loma de aquella montaña en primavera.
Bañarse en la playa por la noche o ir al callejón a jugar con él por el medio día, cuando los demás hacían la siesta.
Curro tu padre era muy guapo, sus ojos azules destacaban con su piel morena y su pelo negro, tan bien peinado siempre por su madre con brillantina.
Ella fue quien más nos ayudó cuando tuvimos aquel problema.
Con nuestra edad aquello era la problemática situación que se nos presentaba. Entre los dos no superábamos los treinta años, por eso nos casaron rápido y a escondidas.
El paso de los años no maduró nuestro amor. El juego de aquella tarde nos trajo una insatisfacción que no superamos nunca.
Creo que no he vuelto a gozar con el contacto físico, ni tampoco lo hice aquella vez.
Con tan pocos años no sabes que es disfrutar, tienes miedo, ninguno sabíamos bien que hacíamos, pero lo hicimos.
Pero tu abuela nos ayudó y aquí estás tan guapo y a pocos días de casarte.
Todo lo demás lo sabes hijo, tenías diez años cuando tu padre nos abandonó.
El amor es así cariño, la mayoría de las veces causa dolor y sufrimiento.
A pesar de todo, es precioso, pero tomando las decisiones correctas, no con un arrebato y sin pensar.
Y así fue como obró tu padre, un buen día me dijo que se iba y se fue.
Formando con otra mujer una nueva familia.
Las hay con suerte, pero no puedo quejarme, nunca ha dejado de ocuparse de ti y te ha llevado con él cada vez que lo he necesitado, no te ha faltado nada, ni hermanos.
¿Por cierto, cómo están?
Eran dos niños tan graciosos, cómo traviesos, recuerdo cuando venían con el papá a visitarte y te ibas con ellos a jugar al futbol.
Soy tan feliz que te deseo lo mejor hijo y a ti también, no sabéis lo contenta que estoy de pensar que ya habéis vivido juntos y os conocéis.
Y aunque sois jóvenes el amor os durará toda la vida.
Será así, veréis, estoy convencida de ello.
En aquel momento Rocío movió su silla de ruedas acercándose a los jóvenes.
¿Me dais un beso?
¡Pero qué buena pareja hacéis!
Gracias por venir otra vez visitarme y a invitarme a la boda, pero no creo que pueda ir.
De aquí de la residencia no se sale tan fácilmente.
Los tomó de las manos y les deseó que fueran felices ese día.
Luego siguió preguntando.
¿Dime hijo?
¿Cómo está papá?
La pregunta estaba contestada viendo la cara del hijo. Su padre había muerto y su madre no lo recordaba.
Vamos Rocío, la llevo a la habitación.
¿Ya se ha despedido de esta pareja tan guapa?
Sí, ya se iban.
La enfermera comenzó a empujar la silla, Rocío decía adiós con su mano.
En uno de aquellos movimientos, pidió que parase y volviese junto a su hijo y a su joven pareja.
Perdón hijo se me olvidaba decirte algo.
Dos años antes de que tu padre se marchará, vino una mujer con una niña en brazos, reclamando su paternidad.
Por cierto hijo te lo digo para que sepas que también tienes una hermana, ves a buscarla, siempre he pensado en ella, era una niña muy hermosa.
Entonces Rocío hizo un gesto a la novia de su hijo, que se inclinó a ella.
Mientras Rocío le decía al oído...
Amaros siempre y solo preguntar al universo.
©Adelina GN
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