Líquido de amor
Por Crystal Garcia
Enviado el 21/11/2018, clasificado en Adultos / eróticos
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Aquí estoy, desnuda, excitada a mas no poder, en este horrible motel a donde nos ha alcanzado el tiempo para llegar y saciar nuestra lujuria.
Te beso, mi mirada encendida de pasión te sobrepasa, tienes miedo de no satisfacerme, eres como un cervatillo entre las garras de una leona.
Deseosa y bruscamente desabrocho tu cinto y desabotono tu pantalón...rápido, este infierno de deseo que siento por dentro me consume...
Muerdo tus labios, te infrinjo dolor, mi pasión no está contenida, el sabor dulzón de tu sangre llega a mis papilas gustativas, soy como un vampiro, mis pupilas se dilatan extasiadas.
Tu miembro erecto, eres mas grande que los otros, eso me gusta, tu glande enrojecido y tu pene hinchado pareciera que va a explotar antes de tiempo...No soporto más...
No me quito las negras bragas de encaje que adornan mi voluptuoso trasero, solo la hago a un lado, el deseo me consume.
Te monto con rudeza y te permito entrar en mí, empieza la danza del sube y baja...mis ojos destilan fuego, tu mirada y tu rictus delatan inmenso placer...
No hubo preámbulo, no fue necesario, estoy tan mojada que necesito secar un poco; no deseas que lo haga, quitas mi mano y bajas rápidamente tu boca a mis labios, saboreas, succionas, lames, acaricias frenéticamente mi clítoris con tu lengua; te pido que me penetres nuevamente, no me conformo con tu lengua, quiero sentir tu grueso miembro enhiesto dentro de mí, el rozamiento en mis paredes vaginales, tus ovoides testículos chocando en mi intimidad; hazlo más rápido y más, más profundo...!- Te ordeno.
Ahí viene...lo vislumbro...ese cosquilleo...ahhh ¡¡qué sensación, que placer!! Violentamente tengo contracciones dentro de mi vagina y mientras eso sucede tus ojos quedan en blanco por segundos y haciéndome daño hundes tus dedos en mi carne mientras emites un gutural gemido...
Has terminado, hemos terminado simultáneamente...la flama de la pasión empieza a apagarse como quien vacía un balde de agua al fuego, no hay mucho tiempo, allá a escasos 500 metros la fiesta continúa, roguemos que no nos hayan extrañado. Regresamos como si nada. Mi amiga hundida en la laptop apenas si se ha enterado que me desaparecí por algunos minutos, y tu madre rozagante aún enfundada en su vestido nuevo te da un amoroso abrazo sin imaginar que tu líquido de amor lo tengo dentro de mí; ésta noche la mayor parte del banquete lo he disfrutado yo.
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