Esta última semana descubrí que has trabajado con mucho éxito en tu paciencia, -esa te la debo a ti- me dijiste riéndote cuando había muchos comerciales en el cine y la película no empezaba, hablando de eso, quiero decirte en estas pequeñas líneas que me parece un espectáculo acogedor la luz intermitente del proyector deformándose al contacto con tu rostro, el reflejo de las imágenes en tus ojos, las expresiones que arrancan en ti, esa mueca que me fascina cuando tu mejilla se deforma al reírte, justo debajo del ojo derecho y luego tu cara de genuina sorpresa cuando volteas y detectas que te estoy observando, me preguntas si todo está bien y yo solo asiento con la cabeza. Quería decirte que hasta en las cosas más cotidianas descubro cosas mías en ti. No se equivocan al decir que te pareces más a mí que a tu madre y le agradezco al destino por ese pequeño gesto de complicidad en la vida.
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