HECHURAS
Desgarrados suenan los sueños masacrados
de hambres infernales, los sanguíneos suelos
y los vientos turbios, ante todo la luna
se sumerge pantanosa; asfixiando la noche
a inermes indefensos, la cándida esperanza
de sus cabellos ligeros.
Estando danzando el silencio encampanado,
gris polución que respiran ángeles sedientos,
se cultiva la sangre derramada, hielo de noche;
todo el aire desciende en zafiedad vistosa.
Arriba plateadas soledades de la tarde y luna
por el campo abatido va el silencio apático torpe,
acompañando a los ausentes, los corazones deshechos,
y aturdidos mueren en las nubes las campanas
negras del olvido.
¡Equívoco triunfante! ¡Cementerios de luz!
Cosecha hoy el humo del alma un desengaño
lúcido, de futuros sepultados.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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