Ya no soportaba esta pesadilla. Fue así como tomé el cuchillo más grande de la cocina y esperé pacientemente que la noche se hiciera presente. Me puse mi vieja chaqueta negra y caminé bajo la lluvia, las calles estaban vacías, todos se encontraban refugiados en sus casas.
Toqué la puerta tres veces y nadie salió, volví a tocar y no había respuesta alguna. Llovía fuerte y los truenos tumbaban mis oídos, la noche estaba completamente fría y desierta. Todo era perfecto, como si las cosas se alinearan a mi favor.
Fui hasta el patio trasero, la puerta de la cocina estaba semi abierta, entré sigilosamente, las luces estaban apagadas, habían pisadas de barro en el piso, las seguí y allí estaba, él yacía muerto junto a la chimenea, alguien se había adelantado, retrocedí lentamente hasta llegar a la puerta, todo parecía totalmente silencioso, nunca sabré quien lo mató y por qué.
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