Duele la resignación; eres un tonto, pudiste haberlo tenido todo conmigo, me abandonaste, me olvidaste, debí entenderlo desde un inicio, no te comprometías a nada para no tener remordimiento; sin embargo me hiciste tuya y dejaste que probara la miel de tus labios. Me enamoré de ti y no me lo esperaba, ahora tengo miedo...
Me hiciste creer que todo lo tenía, no te importa nada lo que piense, ahora soy una mujer nueva, maduré de golpe, me obligaste a serlo.
Detesto lo bien que me conocias y supiste exactamente que hacer para alejarme.
Te extraño cada día, cada noche y cada tarde, te siento conmigo en cada latido de mi corazón, si me siento perdida encuentro el norte con solo pensarte, pero tu no estás conmigo.
Me da miedo no volver a encontrar en otra persona eso que me dabas que me hacía brillar, para mí fue un amor especial. Los días soleados, los días felices se fueron contigo, el mundo no se detiene, tu serás por mucho tiempo la luz que ilumina mi camino, no sé como olvidar este amor de verdad.
Pero no pienso dar ni un paso atrás, si tu te fuiste, el destino sabe muy bien que es lo correcto, te cuento que me encuentro en una encrucijada pero siento que debo hacer esto yo sola, me enseñaste lo suficiente para defenderme y ahora lo pondré en marcha.
Reconozco que jamás creí que me volviera a suceder a mí, me heriste, me lastimaste pero no puedo odiarte, me dejaste tantas cosas buenas que el que te marcharas no compensa lo que yo aprendí de ti.
Una parte de mí va en tí aunque no lo sepas ver. Hoy rompí tu última fotografía y he borrado tu teléfono, ahora no sé mas donde estás, solo espero que me recuerdes como un buen amor, que te dio lo mejor de sí.
Tu me has hecho mejor de lo que era, te extraño pero sobreviviré.
Adiós amor adiós no eras para mí.
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