::: CONSEJOS ANARANJADOS :::
De la mano
Pide
La infecundidad se vaya
Cómo los otoños
En las hojas... ¡Nuevas parejas!
Naranjas los melones
Los duraznos jóvenes...
Es la concentración de las tortugas,
Una floreada cautela de rosales,
Forma, color, inmortal sonrisa,
De submarinas memorias,
¡Lucha y descubrimiento, legítimo!...
Pero, luces nuevas, de maniobras endulzadas,
No engaños... ¡Qué aturden y alucinan!,
¡Es del vulgo luz funesta!
La perla, plástica, sin concha...
¡Unica carencia del triángulo redondo!
Forma simple del ciprés...
Se despedazan, las arenas y los trigos,
Deben esgrimir, escudos y espadas,
¡Sacar promesas de la madera!
De bosques, desempleados... ¡Sacrificadas!
Ellas, en las calles de cereales...
¡Ciertos arenosos suplicios!
Principios, de corteza, largas uñas...
¡Qué el zumo
No
Se amargue
Por el tanto de exprimirse!
La naranja... No es toronja, ni mandarina.
Por el zumo... ¡A veces agridulce!
¡Cuidado!...
Y saciar, la cruel indolencia, allí,
¡Evitar, envilecerse y corromperse !
La desnudez, monstruosa y retorcida,
Repetición, onerosa... ¡De termitas y gusanos!
De pañales, cirios y cuchillos...
Los profundos vendavales amasados.
¡Errores, de granos y escualos!...
El deber evitarlos, es también... ¡Honorable!.
Es
En la memoria,
Lucha de principios, prudencia, del membrillo,
En
La huerta del manzano...
¡Cada fresa!
Cómo la naranja
En dulce almíbar...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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