Alimentar la pasión
Por Juan TOMÁS FRUTOS
Enviado el 01/12/2018, clasificado en Varios / otros
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Uno aprende cada día. Es una de las muestras que nos hacen sentirnos vivos. Uno de los conceptos que siempre he manejado (y la experiencia lo avala) es que todo es relativo. No hay, afortunadamente, valores absolutos. De haberlos, son pocos. Hay matices entre el negro y el blanco, y, por supuesto, multitud de colores para avanzar. Dentro de ese conocimiento profundo, hondo, que he ido adquiriendo está el del mundo taurino.
Es cierto que hay universos que se mueven en tópicos, en estereotipos, y éste, en el plano al menos de la difusión a través de los medios, recorre puntos no siempre palpados. Me ha sorprendido saber en los últimos tiempos que hay 17.000 fiestas relacionadas con los toros. Es una cifra ingente, que se superpone y complementa con la labor de las numerosas entidades en defensa de estas ceremonias ancestrales. Es el caso de la Fundación del Toro.
Hay, además, unos 10.000 profesionales que viven en torno a este cosmos. Si contabilizamos las peñas, las precisamos en más de 4.000: cimentan un sustrato de futuro en un momento en que las presencias mediáticas, repetimos, son pequeñas, cada vez menores.
También llama la atención que el perfil de las gentes que acuden a los espectáculos taurinos, o bien participan en ellos, es joven, con menos de 40 años. Ello ha creado una textura que otorga fortuna y desarrollo a un universo de expertos no solo ante este hecho. Se dice, y es verdad, que hay un ingente conjunto de personas cultas que gustan de este arte que, seguramente, necesita una evolución para ser entendido y atendido.
Los números no lo son todo. El toro es pasión, y, como tal sentimiento, hay que nutrirlo.
Juan Tomás Frutos.
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