LA ZARZUELA Y LOS JÓVENES 1
Por franciscomiralles
Enviado el 28/12/2018, clasificado en Reflexiones
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Hace unos cuántos años que una de las cosas que más me gustaban a mi era ir a un teatro del barrio en el que vivía a ver zarzuela, y se puede decir que las había visto casi todas puesto que me encantaba la mca que tenían.
¿Qué es una zarzuela? se preguntarán tal vez las nuevas generaciones; aunque es posible que algunos lectores de edad madura sí sepan de qué se trata.
La zarzuela es en esencia lo que hoy llamaríamos una comedia musical de estilo costumbrista en la que se alterna la música con la palabra hablada, cuyo nombre proviene por el hecho que las primeras representaciones se hicieron en el palacio que lleva este nombre el cual se encuentra en las cercanías de Madrid. Y los primeros autores en cultivar este género fueron Lope de Vega y Calderón de la Barca hijos del Siglo de Oro. Si una de estas funciones constaban de un solo acto recibían el nombre de "género chico", pero si la obra tenía dos o más actos se denominaban "género grande"; mas la evolución y el máximo auge de la zarzuela culminó en pleno siglo XlX. y principios del XX haciéndose famosas LA REVOLTOSA, LA VERBENA DE LA PALOMA, LOS GAVILANES, etc.
Asimismo yo también veía en aquel teatro las operetas que eran unas comedias musicales más sofisticadas de origen francés con unas partituras excepcionales como por ejemplo LA VIUDA ALEGRE, LA GENERALA, y sobre todo DOÑA FRANCISQUITA que se considera que es una pequeña joya de la lírica.
Pero por lo que se refiere a la zarzuela, ésta gozó de un gran éxito en la mayoría de los países de América del Sur como en Argentina, Méjico y Chile.
Otra gran verdad de la popularidad de dichas zarzuelas era que satisfacía las horas de ocio de las clases sociales obreras las cuales no se podían costear una cantidad de dinero como las clases pudientes para ir a ver ópera en los grandes templos de la ópera como era el Liceo de Barcelona.
Asi que el público en aquel teatro al que yo iba con mi familia lloraba o reía según las escenas que se representaban en las obras. Sin embargo a mi a pesar de lo mucho que me gustaba la música, no sintonizaba en absoluto con las historias que se contaban en las zarzuelas, ni con sus enredos amorosos. Pues muchas de ellas tenían unas tramas que se me atojaban sumamente pueriles, muy desfasadas; y tenían un aire de polvorientos culebrones. Y ni tan siquiera los momentos más hilariantes de las mismas me hacían la menor gracia. Aquello me hizo pensar que la manera de ser de mis antepasados era muy simple, muy abnegada en su vida tanto doméstica como laboral, y que apenas tenían con que disfrutar.
A mi entender, la razón de aquel estar con un pie dentro de la zarzuela - el de la música- y el otro pie fuera- por lo que respecta a la historia- se debía a que al acabar la Guerra Civil Española la sociedad pretendió retomar las viejas costumbres de antaño, y nadie se daba cuenta que la tradicional época de antes de la Contienda había acabado para no volver nunca más.
Recuerdo que en una ocasión en un entreacto de una de aquellas zarzuelas, un amigo mío del barrio que tenía una familia dedicada al mundo de la farándula, y hoy en día es uno de los grandes directores teatrales y ha presentado en mi ciudad los mejores musicales de Brodway, y yo nos colamos en los camerinos para ver de cerca a los actores, y cuando mi amigo quiso saludar al actor humorístico, éste nos echó de allí de mal talante. "¡Fuera, fuera de aquí" - nos gritó-. A mi parecer el sujeto se mostraba antipático a nivel personal para que no se le confundiese con el dicharachero personaje que interpretaba en el escenario, como muchas veces ocurre.
Pero si sólo me deleitaba la música de las zarzuelas y de las operetas es que era evidente que en mi fuero interno, mi sensibilidad no había roto del todo con el estado de ánimo de generaciones anteriores. Los compases vibracionales de las melodías, de las romanzas, de sus canciones que venían de una lejana época y que yo por supuesto no había vivido seguían conmoviéndome al igual que a mis mayores. Es decir, que yo seguía dentro de la tradición musical, de igual forma como la Literatura se apoya en los clásicos, y la Filosofía también se fija en teorías del pasado; aunque esto no significa que haya que repetir los mismos esquemas de antes, porque todos somos hijos de nuestro tiempo Histórico. Y como es de suponer esta predilección por la música de la zarzuela y la opereta me han llevado a apreciar la otra música llamada Clásica Betoven, Mozart, Vivaldi...etc.
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