LA ZARZUELA Y LOS JÓVENES 2

Pero he aquí que de pronto en la actualidad se ha producido un fuerte terremoto en el ánimo de la sociedad. Sobre todo en muchos jóvenes quienes a tenor de un cambio en el lenguaje articulado en la Tecnología ya que el curso de la Historia cambia  en función del habla que está siempre condicionado por los avances tecnológicos de cada época, el sentido de una tradición cultural que hasta ahora ha inspirado a los de mi generación para nuestros vástagos ha dejado de tener valor. "Es un rollo" - dicen.

Claro está que toda la vida, incluso en la Antigüedad los jóvenes se han rebelado contra sus mayores. Pero tiempo atrás se trataba de una rebelión más teórica que real, porque emocionalmente aunque no nos diésemos cuenta seguíamos al amparo de la vieja tradición cultural, como en mi caso con las zarzuelas, o en otros casos la Historia en todas sus etapas. Sin embargo ahora es distinto; hoy en día no es una rebelión discursiva, sino totalmente efectiva, rompedora, por lo que los compases melódicos, vibracionales que reflejan un pálpito humano de una generación, a estos jóvenes les parecen que vienen casi de la Edad Media y por lo tanto no quieren saber nada de lo que fascinó a sus progenitores, pero que en cambio ellos quieren que se les tengan en cuenta.

Precisamente de eso mismo se me quejó una mujer en plena calle, y sin venir a cuento cuando me oyó hablar con otra mujer de cierta edad que también se quejaba de lo mismo.

No en vano todos los psicólogos convienen en que la edad de la adolescencia en los jóvenes se ha alargado más de la cuenta; incluso hay muchas personas adultas que a pesar de tener una edad considerable, emocionalmente siguen atrapadas en la adolescencia; cosa que esto no ocurría en un ayer debido con toda seguridad a que existía un temor reverencial hacia las personas mayores las cuales se presentaban como un modelo a seguir por los hijos de las familias.

Según mi punto de vista dicho temor reverencial  hacia el mito de la persona mayor tenía una connotación autoritaria y dominente. Pero este mismo concepto mítico ahora se ha trasladado de un modo pendular hacia el joven hasta el punto de que muchos de ellos se han convertido en unos tiranos y unos egocéntricos como en tiempos anteriores pudieran ser los abuelos, o los padres.

Y como no puedo cambiar esta actitud bobalicona y populchera de la sociedad que no me gusta nada, me pongo un disco de zarzuela en mi radio-tocadiscos, y sigo estimulando mi ridícula y antigüa sensibilidad.