Voy a tu claridad,
y ahí me veo diferente,
por suerte.
Nos abocamos
a los deseos más maravillosos,
que cumplimos
una y otra vez,
hasta ser nosotros
en una punta de un iceberg
que viaja.
Nos escuchamos.
Hay buenas intenciones
en este nuevo mundo
que generamos.
Sabe a primera vez.
Nos rodeamos
de benditas experiencias.
Seguimos
con pertenencias
que nos unen
a las emociones más hermosas.
Nos hablamos
hasta con silencios.
Nos agotamos
para reiniciarnos.
Nos impulsamos.
Hemos saboreado los años.
Nos contemplamos en ellos.
Salimos hacia esa cima,
que escalamos
con buen humor.
Nos hemos preparado
para el instante crucial.
Hay sensaciones óptimas.
Podemos ganar.
Lo importante es la felicidad
con la que queremos emprender
una flamante etapa.
Nos hemos apaciguado.
Es posible.
Es.
Juan Tomás Frutos.
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