CUBILETEAR
Cuando escuches el trueno me recordarás…
Y tal vez pienses que cuando escuches el trueno
me recordarás el timbre de la voz de los otoños
y tal vez pienses que amaba la hoja seca ...
El saco sano satisfecho sayo satinado sobre.
La nieve, noble y altiva y a la par grotesca,
amansando la lluvia con su manto, con su canto,
con sus quimeras grandiosas y brillantes.
Y en el rayado cielo se verá fuertemente crédula.
Coyuntura, crápula, crasa, crepitación, cresta, casta.
Y en el corazón, como entonces, estará el fuego ...
Con las claras huellas de las flores seductoras.
Del ímpetu aborigen y los púdicos amores.
Con el ronco acento y los pálidos destellos.
Delatora delicadeza demacrada demorada duda.
De duelos elevados, de llameante desierto,
cuando es el alma pura y no la espera,
la dulce envoltura del goce y la lujuria,
en los rubios escalofríos apasionados.
Ardiente arrebato arduo aro argentado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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