Puede que sí,
que tengamos sentido,
que vayamos hacia el mar
y nos veamos a nivel,
sin presiones,
prestos a un aprendizaje
de película,
en la que los dos seremos
los auténticos protagonistas.
Puede que hallemos
respuestas y creencias
a lo que nos rodea.
Habrá un mañana
incluso cuando no estemos.
El amor funciona
de la mejor manera posible
cuando estamos en ese rellano
que nos pone
en la presencia y en la premura
más maravillosa.
Habrá un mañana,
y lo sabemos
con valentía y tolerancia,
con criterios, con barcos
sin humos, en azul,
como nos gusta tanto.
Es posible, sí,
puesto que iremos sin tregua
en busca de un trecho nuevo,
reluciente, de los que sanan.
Todo es camino
de verdad y de consideración.
La aventura es infinita
porque creemos en ella,
porque nos afianzamos,
porque nos estiramos,
porque nos hace capaces.
Las sensaciones
que más recordamos,
las más intensas,
son las que tienen que ver
con lo que somos en realidad.
Respiro, te respiro,
y te pienso,
y es entonces cuando todo es
más que posible.
Juan Tomás Frutos.
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