Sibarita sibilino
Me devuelve el aire, como si alguien nos llamara
con una voz querida, añeja, cálida, familiar…
En una mansión callada, bajo la última piel,
del verano en parejas de suavísimos danzantes.
¡Sibaritas salamandras satinadas!
Nieves, estampas nítidas del tiempo suave,
cautivador aliento, atrayente palpitar, lúcido.
En alegre calma, sin represión ni olvido,
sin los dedos artesanos del abismo, en hierro dulce.
¡Sibilinos secretos sentimientos!
Desde el epílogo de pesar entre la miel y hiel.
Desde el prefacio en que muero con laureles.
Como la última protesta del primer polvo.
Como la primera gota de la última lluvia.
¡Satinada salamandra sibarita!
¡Ay , dulce tiempo!.
Silencioso, leve, sabor a eternidad,
al venir un mal, tan presto infernal,
celoso de la espuma, de leña y ceniza.
¡Sentimiento secreto sibilino!
Pues toda plenitud es la promesa,
del escabroso verde antes del rosado,
donde el platear del otoño es grisáceo,
tan flexible como peligroso es el tigre.
¡Satisfacción sanguinaria seducción!
¡Oh, sibilino sibarita!
en la libertad de la selva del cristal,
como espléndida es la muerte, y su visita
del ángel en el rostro de las nubes y los huesos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales