Denunciar relato
Cuando me mira con sus ojos anhelantes,
siento pena.
Cuando me toca con sus manos de deseo,
siento asco.
Cuando besa mis pechos,
me dan arcadas.
Cuando pone en mi su entraña,
pierdo el sentido, loca de horror.
Pero cuando leo mi contrato por millones de dolares,
y cuando me acuerdo de mi amor Emanuel,
rio a carcajadas y me solazo,
porque el viejo millonario y decrepito,
hiede desde ya.
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