Un nuevo inicio...D1

      Apenas había llegado de la Ciudad de México a Monterrey hace 2 semanas, estabamos viviendo juntos de nuevo mi esposa y yo, sólo eramos marido y mujer de palabra, porque hace mucho yo no la amaba, incluso dormiamos en recamaras separadas y ella solo me visitaba algunas noches cuando necesitaba satisfacer sus necesidades físicas, yo se lo permitía, ella era solo mi recipiente de fluidos corporales.

Nuestros hijos estaban entusiasmados por vernos juntos de nuevo, incluso encontraron cerca de casa una vacante en el periódico justo para mi, era de maestro, labor que yo ya había desempeñado en el pasado en el D.F.

Estar inactivo me ralentiza y me pone mas ansioso de lo normal, así que tomar el empleo sonaba bien, aparte de que algo de plata no me caería mal.

Acudo a la entrevista, la escuela no es muy grande, me atiende una mujer regordeta de mediana edad y ella misma me entrevista. Ella parece algo desesperada y por lo que escucho contratará personal sin investigar demasiado. Hago alarde de mis conocimientos, que no son pocos, y con un poco de ¨labia¨como dicen acá en el norte la convenzo de quedarme con el puesto.

Mañana mismo empiezo, apenas si me da tiempo de preparar mis clases, deseo un nuevo comienzo, deseo olvidar un poco los últimos meses vividos, este es un buen lugar para hacerlo.

Primer día de clases, sigo la regla de oro, entrar con un bajo perfil empezar a estudiar el ambiente y a las personas, veamos que podemos sacar de provecho de este lugar, no parece haber mucha estructura, todo es muy rudimentario, tengo que enseñarles algo a estas personas, yo soy lo que estaban buscando.

Si supieran a quien acaban de meter en sus filas temblarían de miedo, pero por ahora me contengo, soy un lobo en un rebaño de ovejas, qué seres tan tontos y tan confiados, sentiría lástima por ellos si tuviera sentimientos, pero cada quien tiene lo que se merece.

Abran espacio que su rey ha llegado.