Despúes de aquel día en la cafetería pasamos con Lorenzo y Roberto más y más tiempo. Resulta que Lorenzo es un gran tipo. Es una buena persona y protector como Noelia. Aunque también es un gallito y un bozazas. La mayoría del tiempo no se para a pensar lo que dice y esto le trae más de un problema.
No hay que mencionar que él y Noelia al mes ya eran oficialmente pareja y Roberto y yo, nos fuimos convirtiendo en buenos amigos.
Recuerdo que hace 18 meses salimos de fiesta con los lobos y algunas de nuestras amigas con las que salíamos habitualmente. Acabamos formando un gran grupo.
Salimos por una de las discotecas más conocidas de la ciudad dispuestos a dejar sin existencias al local y a quemar la pista de baile.
Había que ver como cambiaban las cosas cuando uno se quitaba el uniforme y se ponía su propia ropa. Volvíamos a ser individuos únicos no una manada toda vestida igual y sin "pensamiento" individual. Éramos un colectivo con un sólo cerebro y eso a veces me atormentaba. Me daba miedo perder el norte y mi esencia.
Aunque ha día de hoy, sigo siendo yo, está claro que existen en mí dos personalidades: el lado profesional y el personal. Dicho así, todo el mundo pensará que tiene su doble personalidad pero creo que la vida militar absorbe de otra manera. Y más aún cuando la persona es joven y moldeable.
El caso es que, cuando salíamos por ahí, éramos jóvenes y libres. Podíamos fumar, bailar, beber, ligar, hacer el tonto y hablar sin tapujos.
La verdad es que a la hora y media de llegar, íbamos todos bastante contentillos.
Yo me sentía eufórica. No podía parar de bailar. No es que se me diera especialmente bien, pero me daba igual. Bailábamos todos con todos menos Lorenzo y Noelia que apenas se separan el uno del otro más que para lo estrictamente necesario.
- Voy al baño, ¿me acompañas?- Me gritó Noelia al oído.
Asentí. ME agarró de la mano y fuimos al baño.
Mientras esperábamos nuestro turno, Noe y yo nos pusimos a charlar.
- Bueno, ¿qué tal todo con Lorenzo?
- La verdad que mejor de lo que esperaba.- Sonrió como una quinceañera.
- ¡Te has enamorado de verdad!- Grité ilusionada. A lo que todas las chicas que había por ahí se giraron para mirar.- ¿Le has dicho ya que le quieres?
- ¡No!- Exclamó horrorizada- ¿Estás loca?¿Acaso quieres que salga corriendo?- Y se rió
- Yo creo que él también te quiere pero que tiene miedo de decirlo por si TÚ sales corriendo. ¡Se le nota demasiado!
Noelia se reía de mí. Sé que cuando bebía arrastraba las palabras más de lo que yo creía.
- Sólo llevamos 3 meses siendo novios oficialmente. No quiero que se asuste.
- Pero no lo va a hacer. Le gustas mucho. Y si lo sientes, deberías decirlo. Los te quiero no se deben guardar dentro. Cuando dices te quiero por primera vez a la persona que quieres es...- Sonrío atontada metida dentro de mi propia fantasía- Maravilloso. Es una liberación. Y él también te va a decir que te quiere.
- Carolina, haré lo que tenga que hacer cuando tenga que pasar.
- ¿Qué?
O iba más borracha de lo que creía o era más totna de lo que pensaba por no encontrarle sentido a sus palabras.
A causa de eso, me llevé una colleja.
- Joder, Pues que no voy a planearlo. Cuando me salga sólo, se lo diré.
- Aaaahhhh...- Chasqué la lengua- Tienes razón. Como casi siempre. Y por eso mismo, te voy a invitar a un chupito.
Después de aquello, todo es borroso. Con muchas imágenes descolocadas.
*** GRACIAS POR LEER LOS RELATOS. ESPERO QUE LES GUSTE. :) ***
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