Tener todo y perder la sonrisa
Por cleo
Enviado el 25/01/2019, clasificado en Reflexiones
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Existe un lugar donde las personas se sientan alrededor de un fuego, fuman, ríen, beben y cuando están tan borrachos que no pueden con el alma, cuentan sus historias.
Una de esas historias comienza así:
Lo tenía todo, una vida, una familia, dinero y un corazón inquieto.
Cada día era parecido pero nunca igual, cada día tenía su aquel para disfrutar de las pequeñas cosas, y aunque su corazón le lanzaba a nuevas aventuras, disfrutaba de su vida.
Pero el destino, ese nombre propio que juega con la vida a órdagos mayores, un buen día cambió la placidez de aquel corazón inquieto y le envió, la traición, la mala suerte y el desamor.
Y allí estaba una buena mañana sin perspectivas, sin futuro y sin ver como tantas veces el cielo brillar.
Dejó de sonreír, y apareció la melancolía, la tristeza y la soledad. Y abriendo la puerta de la casa, con solo lo puesto, empezó a caminar y caminó tanto que no se dio cuenta de las heridas de los pies, no le dolía, porque era tal el dolor del alma que amortiguaba cualquier emoción que viniera más allá de su propio corazón.
Y camino tanto que sin saber dónde estaba, que encontró a esos locos que fuman y se emborrachan, y allí se sentó, en aquel fuego con la mirada perdida.
Y empezó el ritual, fumaron, bebieron y contó su historia, como una liberación del espíritu y cuando le lamieron sus lágrimas, le abrazaron y le besaron, entonces, al fin puedo sonreír.
Porque no hay nada como el compartir, el amor, escuchar y que te escuchen y con tan poca cosa, tener una sonrisa en la boca es fácil y hermoso.
La felicidad no la da el tener, la da el sentir.
Y así formando parte de aquellos que tuvieron todo y ahora nada, vive de nuevo despreocupado de tener miedo por su risa.
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