Denunciar relato
El tiempo cobra la vecocidad de la sombra.
El poeta no canta,
llora la luz de su ojo,
y rie de su propia sombra.
Te habria amado aun sin conocer tu nombre,
porque renazco una y otra vez
de tu eterna mirada de azulino mar.
Me amaste y te ame.
Para nosotros bastante. Amor de paso,
por el rio del destino.
Hoy te busco en las paginas perdidas
de viejos grimorios.
Sigues para mi siempre ahi,
mi amor joven y viejo, atemporal.
Dejame seguir amando tu recuerdo,
mujer, numero imaginario,
del dedo de la Vida.
Un ultimo beso, una ultima lagrima,
y sabras cuanto, cuanto y cuanto,
yo te quise.
Yo te quise, amada amor.
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