Denunciar relato
El mirar anhelante y crepuscular
de tus ojazos negros,
me dice que todo esta permitido para mi.
Hay en ellos una suplica de ternura,
y el deseo imperioso que de hacerte mia.
Yo voy paso a paso, beso a beso,
caricia, a caricia audaz,
hasta que tu no puedes mas,
y me dices que te lleve a tu dormitorio.
Ahi se desencadena un volcan de pasioes
largamente contenidas.
Al cabo de una hora, todavia jadeante,
me dices que no lo comente con tu hijo,
mi mejor amigo
y compañero de college.
Solo atino a contestar
que fue mi primera vez
y que espero verla muchas veces.
Tu me contrestas:
si no dices nada, dalo por hecho.
Te necesito tanto!
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