Denunciar relato
ANDRÓMINA
Encadenado por el viejo eco,
entre aquéllas agujas que se ocultan,
y desayunan en el bosque cada nube,
dormiré sin calcetines un sombrero.
Donde caminan los cuadros ebrios
con los últimos otoños tristes.
Donde los libros leen sin lentes
con las sillas sembrando pantanos.
Donde ninguna alegría teje hielo
con el agua tímida del vidrio.
Lo sabía, lo sabía.
El carbón de la escalera.
¡Y no dijo nada!. Tampoco la escarcha,
ni el corcho de la lluvia de viento,
con la mejilla en un simple grito.
Y eso fué todo… Camina y escribe,
con la sangre del tiempo. ¡Luz!.
Los hilos de la noche nada saben.
Por eso el techo tiene pena,
y la pana pierde al pan del circo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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