ATESORADO GRANDILOCUENTE
En esa palabra donde los recuerdos habitan
los campos intactos de fieles ayeres
al ritmo inflamado de una nave
por la juventud cubierta
de indemnes senderos.
Palabra no dicha al hondo bostezo
palacio de juegos y soberbio apetito
de lirios de ceniza de grutas de sueños
del boscaje fragancia y lenguaje
con la ingenua pureza con viajes de espejos.
Bien que van con el caletre
de cristales franqueados de miel y pastel
y gacelas y frescura y corceles y gracia
en tres miedos vibrantes
en cuatro nubes corriendo... ¡Van que vuelan!.
En cinco canicas inertes... ¡Dónde...!
Las campanas otros tiempos tocan
Los verdores otros límpidos cánticos
Las flores otros aromados cielos
Los amores otros mundos vieron...
En esos tiempos, en esos tiempos estaban
Inundando los vacíos sin marcas
Sin crueles gritos anónimos
Ni efusividad insípida
Ni andanada escrupulosa...
Con la inmensidad sencilla
Atesorado
Con la probidad tolerante
Grandilocuente
Con la avenencia fácil...
¡Cuánto ancladero floreciente!
Ya curioso ya incauto ya imperioso
¡Cuánto acopio esclarecido!
Formal plúmbeo a veces
Reservado divertido a veces...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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