Hacia mucho calor aquella tarde de verano.
Yo dormitaba la siesta en mi cuarto.
Te pusiste un vestido corto y suelto,
y fuiste a recostarte en mi cama, a mi lado.
No era posible evitar que tocaras mi cuerpo.
Vengo a pagarte la renta, me dijiste,
besandome la boca, tu pierna en mi cadera.
Tu no sabias que yo le cobraba a tu pololo.
Mis manos recorrieron debajo de tu vestido.
Pude advertir como me deseabas,
por tus jadeos y rubores.
Estabamos en eso, cuando suena el rington de la puerta.
Era tu enamorado.
No, me dijiste por lo bajo,
seguimos en la noche, o por la mañana.
Cuando subi a verte al otro dia,
aun estaban tibias de el las sabanas.
Nos amamos con frenesi un par de horas.
Al despedirme te dije:
sigue con el, que yo tambien estoy comprometido.
Nunca he tenido un solo amor, contestaste.
Cerre tu puerta con cuidado, y baje a desayunar.
Sabia que despues de dos amantes, ibas a dormir.
No nos despedimos. Sabiamos que nos veriamos,
un otro dia cualquiera. Por nada.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales