NÚBIL NUBE
Un sol en su agonía los vidrios sangra
manchando grandes sombras doradas
en la lánguida pupila del almendro
donde naufragan desnudos recuerdos
y el semblante perpetuo hiere
con letras de fúlgidas quimeras
con lágrimas de arena queda
crédula brillante y anhelante.
Con el amarillo en fino otoño
amarga estatua de palpitación larga
descubierta dormida y alerta luna
huésped entre cristales y gotas
de sol topacio deslumbrante
con los íntimos mensajes raros
ocultando a la sombra vana dura
el corazón de nueces y castaño.
Déjame Venus un amanecer áureo
un ayuno satisfecho en pecho frío.
Déjame la brisa en incensarios
de estrofas labradas con bronce.
Mira el viento que acaricia nubes
y empuña fornido azucenas dócil.
Mira como palidece el perfume
y vagando cada amargura duerme.
Las tristes horas corren y anidan
y se opacan y se acortan y se mueren
con las cadenas manantiales y penas
en la tarde al afilarse flor
en el precio de la espada ave
en la vida del estruendo agrio
al fenecer los colores quemando
al apagar la fruta prohibida joven.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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