Eras hermosa, delgada y joven.
Estabas recien casada y no eras feliz.
Eras la primera en llegar
los lunes por la mañana.
Te veia exitada, con interrumpidos besos,
en cuerpo y alma.
Fingias estudiar pero pensabas en amar.
Sin duda tu marido te dejaba interruptus.
Nos hicimos amigos, sin hablar de aquello.
Un dia no resisti la simulacion y te bese.
Sorprendida, te incendiaste.
Te dije vamos, hay habitaciones vacias arriba.
Infinitamente debil hacia mi
te dejaste conducir.
Nos amamos intensamente de mil modos.
Cuando al fin hicimos un alto,
la mañana ya se habia marchado.
Tanto nos gusto, que todos los lunes fueron nuestros.
Hasta que dejaste de acudir,
por un embarazo.
Nunca sabre de quien tubiste tu hijo.
Tampoco volvi a verte otra vez.
Solo que te seguia soñando.
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