EL DÍA QUE FUÍ SUPERSÓNICA

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EL DÍA QUE FUÍ SUPERSÓNICA

 

Autora: MISS MALONE

A Nueva York  y….. ¡EN CONCORDE!….un sueño hecho realidad, un regalito que el destino nos tenía preparado…

Para nosotros Londres era sólo un sitio de paso,  donde teníamos que ir por fuerza para que nos facilitarán la entrada al Nuevo Mundo por la puerta grande...nada menos que en Concorde, el avión mítico, con el que sólo dos compañías , contaban en el mundo , y que les costaba una riñonada mantener, todo fuera por el glamour y el prestigio que les otorgaba.Así que después de un poco glamuroso vuelo en una low-cost , en un avión lleno hasta la bandera , y en el que fuimos descubiertos llevándonos los cubiertos, las bandejitas y algún otro útil necesario para alimentarnos con las conservas que acarreabamos en nuestro equipaje...nos dirigimos al alojamiento que habíamos buscado en Londres,

Casitas tipo pastel de boda...preciosas ,neoclásicas  y blanquitas por fuera y con un acre olor a curry y mil especias impregnado en cutres moquetas floreadas por dentro…

Así era  el alojamiento tipo bed & breakfast ,pero en estetica “Roppers” indios(Serie de humor inglesa de los 80) ,en el que solo nos faltó dormir vestidos del asquito que nos daba todo,y en el que la bañera o ducha brillaba por su ausencia  y era substituida por una fina manguera aplicada al lavabo…¡qué recuerdos!

La juventud lo aguanta todo y visto con perspectiva ahora, que par de pardillos, dios de mi vida. Pero nuestra poca experiencia viajera y nuestra estrecha economía no nos achantó para nada

Además NY estaba ya a la vuelta de la esquina y para ello nos habíamos  preparado concienzudamente:

Una guía que rezaba "Nueva York por 1$ al día"

Y llegó el gran día. Al fín nos embarcamos rumbo a la ciudad de los rascacielos.

Ese día , creo que uno de los más largos de mi vida, empezaría con nervios ya que no teníamos muy claro que debíamos hacer.Aquel regalito nos lo hacía la compañía en la que yo trabajaba , y era un favor mutuo.Nosotros íbamos en el avión a cambio de que ellos utilizaran nuestro espacio de equipaje en bodega para facturar sacas y sacas , repletas de todo un poco: contratos que debían firmarse rápidamente y volver a su destino (eran otros tiempos), cartas, facturas, etc.

Habíamos dejado nuestros respectivos pasaportes en las oficinas del aeropuerto de DHL (así se aseguraban de que el cargamento que acompañaría a nuestros billetes en bodega podrían viajar sin falta en los vuelos fijados) 

Un ligero inconveniente que ya sabíamos, no podíamos viajar en el mismo avión…...La ocasión merecía un esfuercito,¿ no creéis?

Yo partía antes en el Concorde de la mañana y mi novio iría en el de la tarde. Una vez facturado en mi presencia y con mi pasaporte todas las sacas de documentos, papeles, paquetes y paquetitos , me dirigí a la sala VIP  del vuelo... ¡apabullante!

Me había vestido mona para la ocasión con un vestidito gris con detalles en rojo y tan sólo llevaba un bolso de mano , donde debía caber, sí o sí ,todo lo que me pondría esa quincena para andar por la ciudad, el vuelo hacía Virginia más el vestido de la boda en Virginia Beach.

El ambiente de la sala imponía un poco , la verdad , ya que sólo había ejecutivos,hombres perfectamente trajeados casi todos, sólo una  mujer tipo "agresiva ejecutiva" que parecía sacada de la película ochentera ARMAS DE MUJER, y una yo jovencita , inexperta y poco viajada que pegaba como un cristo dos pistolas en aquel ambiente más que cosmopolita y glamuroso.

Todos se movían a sus anchas en aquella super magnífica sala , preámbulo, de lo más de lo más en la aviación comercial. Además de todo tipo de prensa y revistas en varios idiomas, se ofrecía caviar, langosta,mil delicatessen y un largo etc.

Era pronto por la mañana y entre los nervios , el madrugón y la excitación del más allá, me fue imposible deleitarme con tanta comida…

¿me estaría convirtiendo en una mochilera consagrada y estaba empezando a darme urticaria el lujo "afrodisíaco" que desprendía ese mundo?...

No lo creo, pero la adecuación al medio hace milagritos ¡sin duda!

No me acuerdo como llegué a mi asiento, pero lo siguiente que recuerdo es aquel imponente despegue…

¡Qué verticalidad! ES -PEC- TA - CU- LAR.

Mi experiencia aeronáutica no era muy extensa,pero la suficiente, para que me diera toda la sensación de dirigirme a la luna en un cohete.

A partir de ahí , todo fueron descubrimientos....el reloj digital que marcaba la velocidad ....2 macs 2...Doblamos la velocidad del sonido...por eso besabamos la estratosfera, ó al menos eso me parecía a mí. Eramos supersónicos...que pasada.

Y también por eso las ventanillas (eran bastante pequeñas, como el interior del Concorde) desde las que se veía un cielo abovedado de un azul intensísimo-- ¡estaban calientes!

Las azafatas nos sirvieron una magnífica comida, con servicio de primera primerísima clase en todo el avión, con cubertería de plata y cristalería de Baccarat.

Más tarde nos dieron a elegir entre varios artículos como pañuelos de seda para el cuello con el símbolo del Concorde, llaveros y otros ...regalos para agasajar a los pasajeros después de la comida, y es que con lo que costaba el billete, no debía ser para menos.

Aunque mi novio,  que volaba en el siguiente Concorde de la tarde, haciendo gala de sus encantos y seducción, fué mucho más agasajado que servidora por la tripulación , pudiendo visitar la cabina de mando, y llevarse como premio a su simpatía y don de gentes una botella de champán, que supongo nos bebimos en algún momento de nuestro viajecito.

 

El  vuelo se hizo  especialmente corto, ya que surcamos el océano en solo 3 horas: desayuné en Londres , comí en el avión y llegué para volver a desayunar en Nueva York…. el estómago ya en la garganta

Al distribuir los formularios a rellenar para el ingreso en el país, gran y penosa tarea impuesta en esos entonces a los pasajeros , hoy facilitado por la confusa ESTÁ, el pasajero de al lado, no pudo más y me preguntó de dónde era yo, porque le tenía despistado..... los norteamericanos o estadounidenses , en su mayoría ,en su desconocimiento de geografía y costumbres, parecen creer que en España nos paseamos vestidos de toreros y flamencas, vamos zapateando por la Gran Vía y nos retamos con los toros que vamos encontrándonos por esos caminos de dios.

Por eso a este buen hombre le pegaba más que yo fuera francesa y no española...¡Oh, lá lá!

Resultó que el tal señor, era el productor de productores, entre otras de la famosísima película...KARATE KID, ¿recordáis su célebre frase: DAR CERA....PULIR CERA?..un canto a la superación personal-

Aterrizaba en NY pero desde allí se iba directamente en su avioneta particular a Los Ángeles...buena manera de viajar entre Estados..

Además de todo lo descrito,si eras pasajero del  Concorde podías llegar al mismo centro de Manhattan en helicóptero ,evitando los atascos y las maneras poco "nice" de sus habitantes ,aunque esto no estaba entre nuestros privilegios…

Sé que estáis deseando aterrizar ya en la Gran Manzana y que os cuente nuestras peripecias y hallazgos,pero pensé que el vuelo también merecía el relato...

 

 


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