Las llaves, (de Cuentos para probar)

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Esa mañana de domingo, como todas, reunía a los niños en el parque.

El lago, tan sereno, invitaba a darse un chapuzón.

-¿Nos damos un baño?- preguntó Nito a Oski.

-Vamos- la respuesta

El sol, dueño del cielo, se mostraba a pleno, así que los amiguitos, zambullida mediante, ya estaban nadando y viendo quién llegaba primero al otro lado.

El ambiente allí mejor no podía ser: heladeros, venta de manzanas acarameladas, pochoclos, bicicletas por todos lados, patinetas impulsadas por chicos felices.

Volviendo a Nito y Oski, seguían disfrutando en el agua, hasta que otros amigos los llamaron a comer.

Una vez en camino hacia las bebidas y salchichitas y todo lo que habían traído, vieron algo en el pasto.

-Mirá, parecen llaves ¿no?- preguntó Oski.

Y los dos niños se pusieron a arrancar el pasto que cubría en parte el objeto.

-Tenías razón, son llaves- dijo Nito con el llavero en su mano. -¡ Qué lío para encontrar al que las perdió!- casi a coro dijeron los chicos y siguieron caminando, pero ahora con otra preocupación.

De repente oyeron una voz, que decía -ustedes no van a ir a otro lado que no sea donde yo les indique-, ¡era el llavero que hablaba!

Un chico dijo al otro -tirá eso-. Nito intentó pero no pudo, por más que sacudía su mano.

Aparte no podían torcer sus pasos hacia donde ellos tenían que ir. Nerviosos y muy confusos Nito y Oski, iban hacia donde las llaves los conducía.

-¿Por qué nos detuvimos para levantar esto, por qué la curiosidad nos traicionó?- preguntaba uno, mientras el otro respondía -para mí es una broma, loco; pudo ser el Gordo o Tiri. Acordate cuántas veces caímos con sus gastadas-

Pero el asunto pintaba serio ya que la voz de las llaves decía: -no es ninguna broma, tomen esto como algo verdadero y cuando sepan de qué se trata quedarán conmovidos-.

Más incertidumbre aún para Nito y Oski, que enmudecieron.

La caminata era interminable y ya no conocían por dónde estaban yendo. Comenzó a despoblarse la ciudad y vieron ante sus ojos un caminito laaaaarrrgooo y angostito.

Nito -tengo miedo-. Oski -Nos estarán buscando-.

Mayor intriga aún, para los amiguitos.

Llegaron por fin a destino. Una choza, prolija, pero humilde y un viejo de barba muy larga, sentado en un banco. Parecía que estuviera esperando a los que llegaban.

Ciertamente, era un anciano que había perdido las llaves en el parque.

Cuando vio llegar a Nito y Oski, comentó -gracias muchachos, aunque sé que no vinieron por su voluntad. Esas llaves están manejadas por mis poderes mentales, para volver siempre a mí cuando las pierdo-.

Los chicos comenzaron a temblar de miedo, pero el anciano los tranquilizó -no teman, nunca hice daño a nadie porque estos poderes me los dio Dios para el bien-

Nito y Oski -'wuauuu!, bueno, nos vamos, nos esperan para comer-

De acuerdo y en agradecimiento, ya los pongo en el lugar, adiós-

Nito y Oski, se unieron a sus amigos y ooooh sorpresa¡!!... fueron de los primeros en llegar y aún sentían en sus cuerpos la humedad por haber salido recién del agua.

Es decir que pudieron volver atrás en el tiempo.

Se sentían orgullosos de tener semejante experiencia para compartir con el grupo.


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