Hirviendo V

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
3249 visitas

Marcar como relato favorito

A mis fervientes seguidores

Intenté detenerla, aunque sabía que sería en vano. La conocía bien, y cuando se le metía una cosa en la cabeza no había quien le hiciera cambiar de opinión. ¿A qué venía ese interés por ver a mi acompañante? ¿Acaso querría confirmar si se trataba de alguien conocido?

La seguí avergonzado. Mi chica, al verla entrar, protestó, pero ella se llevó su dedo índice a la boca y comenzó a desnudarse. Ambos nos quedamos perplejos, mirándonos uno a otro sin saber qué hacer o decir. Cuando se hubo desnudado completamente se metió en la cama y comenzó a hacerle caricias en sus hermosos senos. Ella se dejó hacer y yo me senté en el butacón que normalmente reservaba para colocar la ropa de la que me despojaba a diario, y que ahora se encontraba vacío. No tardaron en sentirse cómodas, y yo, que con el susto me había quedado fuera de juego, cada vez me estaba poniendo más caliente, deseando poder intervenir cuanto antes y hacerlo con las dos, si mi ex quería.

Y vaya si quiso, porque fue ella misma la que me invitó a unirme a la pareja, sin palabras, un simple gesto de su mano para que me acercara fue suficiente. Lo hice con un poco de reparo, pero ellas se encargarían de hacerme desaparecer cualquier atisbo de pudor porque, cada una dirigiéndose a su parte, como si ya se hubiera convenido de antemano, una asió mis testículos y comenzó a lamerlos, mientras la otra, a la sazón mi ex, se dirigió a mi erecto, hasta el límite, pene, y comenzó a chuparlo como ya hacía tiempo echaba de menos. Aquello me sobrepasaba, tuve que detenerlas porque no aguantaba más. Las retiré y las tumbé, pasando a la acción. Alternativamente iba pasando de una a otra vulva y mis manos, igualmente, tocaban unas y otras tetas. Ese tiempo dedicado a las caricias bucales me sirvió para bajar un poco mi clímax. Después les propuse que se pusieran una encima de la otra para que sus dos vaginas estuviesen cercanas y no perdiesen un ápice de placer cuando las introdujese casi simultáneamente. Aceptaron mi propuesta, colocándose mi chica encima, y empecé por ella. Tres o cuatro arremetidas y, para mi ex otras tantas y vuelta a empezar. Gozamos los tres como nunca. Después ella bajó a la cocina, desnuda. ¿Qué es lo que estaría tramando ahora?


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed