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Tenia merecida fama de un hombre santo y milagroso, con solo orar e imponer las manos, curaba toda suerte de enfermedades y males.
Un dia llego a su vera un bandolero malherido, quien, apuntandole con un arma le exigio que lo curase.
El Santo respondio que si no cambiaba su actitud violenta, seria muy dificil, pero el malvado siguio exigiendo, amenazante.
El curador le impuso las manos mientras oraba en silencio.
Yo estaba afuera de rodillas, esperando que mi Maestro fuera por Dios escuchado.
Pasaron varias horas y al cabo se escucho un disparo.
No habia conseguido sanarle de sus heridas, y el bandolero le dio muerte, antes de morir el mismo.
No pude llorar. Solo gemi de dolor al ver la escena. Por que triunfa el mal...? Dios mio...!
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