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...Me viste venir a lo lejos y
preparaste una fiesta para mi.
Sabias que retornaria a tu casa,
porque eras todo para mi.
No necesite pedirte perdon,
tanto tu me amabas.
Pusiste un anillo de plata en mi dedo.
El mejor de los corderos,
preparaste para mi.
Tu eres mi hijo me dijiste.
Por un momento te corregi severamante,
para que aprendieras mis caminos.
Yo quiero misericordia, no sacrificio.
Tu erea sacerdote para siempre,
segun el orden de Melquisedec.
Paz para el hijo que vuelve a casa.
Mi madre me beso conmovida.
y la misericordia del padre fue constituida,
El pilar del templo no cedio.
ni a Dios extranjero rendi culto,
Amen.
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