Yo... Vi...
Porqué lloviste las ramas entre las sombras,
la mirada derramando entre las ventanas,
el pueblo penando entre las cenizas,
el rumor recogiendo entre las nubes.
Yo vi...
¡Sí!.
La humedad.
De los recuerdos.
La sequía.
Del los olvidos.
¡Sí, sí!___ Recuerdo el manso sufrimiento.
Del campo abandonado.
Del arado enmohecido.
Del aplauso adulador.
Del rupestre encorbatado.
Yo vi...
¡Sí!.
La sonrisa del metal en la consciencia.
Del mismo mal bajo las sillas.
Del aplauso del vacío reptando.
Del abuso sobre el asfalto.
Yo vi...
¡Sí, sí!.
Porqué.
Lloviste.
Tiempo.
Tus recuerdos.
¡Sí, sí!.
Tiempo, tiempo imborrable.
En tu lluvia de relojes.
En las espinas coronada.
En las ácidas espumas.
En las manos de villanos.
Yo vi...
Gotear, gotear, gotear.
Mil sombras___ De soles que no debían morir.
Cientos.
Mil veces___ De inocentes lagos y cataratas.
Cientos, cientos, de fantasmas entre las nubes...
Yo vi...
¡Sobre mi desierto mi sequía incurable!.
Y vi...
Lluvia solo.
De lágrimas.
¡Ignoradas!.
Donde solo, solo queda...
El dolor que crece entre las matas.
Entre las espigas de la fatiga.
El vil mantel de la mentira.
Entre las lenguas de la guadaña.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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