He desgastado noches interminables intentando recrearte con retazos de amantes, imaginarias y furtivas, por supuesto, les agrego propiedades físicas o me invento conflictos según sea la necesidad del momento… no he podido evitar que tu rostro aparezca al final, coronándolas como recordatorio de la derrota viva. La verdad es que no me atrevo a cruzar el portal que conduce más allá de los caminos de la mente, en alguna parte existe la certeza de que hacerlo sería profanar mi cuerpo y como a fines prácticos formas parte mía y vives aún en todo lo que toco, sería profanarte a ti también.
Me he deslizado por las colinas escarpadas de la memoria y he encontrado reminiscencias de nosotros sin ser nosotros, acomodándonos los sentimientos para que no doliera, disimulando que no lastimaba, simulando que era soportable, sintiéndonos invulnerables, navegando en barquitos de papel.
Contemplando la ciudad desde el mirador como en las pretéritas tardes en las que veníamos por aquí y entendiendo que algo nos rompimos el uno al otro, me ha asaltado la ilusión de que aún podríamos remendarnos, cosernos, reconstruirnos; a mí todavía me alcanza lo que siento en el pecho, no sé si a ti…
Tu sonrisa se escucha aún por todas partes, pero se esconde celosamente entre los globos de colores.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales