Me levanté desdibujada, como si el boceto de mi dibujo no estuviera terminado.
Encontré rayas rotas y enmarañadas cual ovillo deshecho.
Me levanté, buscando la cordura entre las sábanas blancas y encontré una mañana negra, sombría, lenta y siniestra.
Busqué el otro lado, ese lado que tiritando se escondía en un rincón casi olvidado.
Con los ojos cerrados tantee la posibilidad de resurgir del pasado, presente y a veces del futuro.
Soledad, compañera de las maquinaciones delirantes de un trasfondo perverso.
Mirando la ansiedad, encontré esa pizca de cordura intentando trepar a lo racional, la conformidad de ese dibujo, que aunque desdibujado, aún conserva la silueta de mi vida.
No sé por qué escribo esto, lo parí de golpe, inconsciente si me sirve o no, salio sin dolor, atropellado, buscando un fondo blanco con letras negras.
La locura de imaginar!
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