Una Tarde Calurosa

Era una tarde calurosa y sabía que sería una tarde de sexo, más, al tocar el timbre de aquel departamento, la frustración se hizo presa de mi al no encontrarla. Venía ya de regreso con una gran erección cuando sorpresivamente una mujer me pide ayudarla para ingresar a su casa por la ventana ya que había olvidado sus llaves. Tras solucionar ese inconveniente me invitó al living a compartir unas cervezas. Ahí, en ese sillón cómodo olvidé mi marcada erección. Ella volvió de la cocina y se quedó mirándome fijamente. Sus ojos estaban clavados en mi entrepierna. Me sonrojé y traté de taparme, pero ella se acercó y me detuvo. Tenía la mirada lujuriosa y yo podía ver a través de su blusa sus pezones durísimos. Ella se sienta muy cerca mío y agarra firme mi erección y comienza a desabrochar mi pantalón. Ella chupaba glotonamente mi erección mientras yo cogía su cabeza y la apoyaba firme contra mi mientras masturbaba su ya húmeda y goteante vagina. Luego la tomé de las caderas y la monté encima de mi verga erecta a mas no poder y mientras la follaba nos besábamos y lamíamos como locos, hasta que después de un buen rato mi verga y su vagina estallaron deliciosamente y mi semen caliente lleno toda esa jugosa vagina. Al fin de cuentas este día terminó mucho mejor de lo que imaginaba.