Escuchar la risa de una persona nos cambia la manera de percibir las cosas, y más si el que lo hace tiene una manera particular de reírse, quien sabe qué tiene la risa, que como si fuera una epidemia, se vuelve contagiosa.
Un amigo que conozco, que es muy serio en la vida diaria, un día que empezó a reírse quién sabe de qué, fue la risa más contagiosa que he escuchado, por más que quiero no sé cómo describirla, era como la del perro Patán, tu te acuerdas, el fiel compañero del malvado Pierre Nodoyuna de las caricaturas, pero como afónica, apagada, todavía más chistosa que la de Patán. Esa vez íbamos en el carro a Monterrey no se ni a qué, y al ver la bandera de Italia yo me apendejé y salí con mi babosada de decir que tan desgastada estaba la bandera de México que no se le veía el águila con la serpiente, él me corrigió y caí en cuenta de la pendejada y empezó a reírse, y todos los que íbamos en el carro nos contagiamos con su risa, parecía que estábamos de simples, pero hasta llorábamos de oír su risa.
La risa de una mujer bonita puede desarmar a cualquier persona, porque es un regalo que se recibe sin merecerlo, con ella siempre van a conseguir cosas, con solo sonreír y tener una bonita actitud. Ahora que el diablo se les ha metido de que la mujer quiere igualdad, las muchas ventajas que tiene corre el riesgo de perderlas. Estudios científicos demuestran que el pulso cardiaco puede aumentar al oír una persona reír y más si tiene un cierto tipo de risa muy particular. En una universidad descubrieron que al reírse secretamos una sustancia al cerebro que nos da tranquilidad y nos pone en un estado placentero. Independientemente del idioma que cada quien hable, rebuzne o grazne, la risa es el lenguaje universal.
Hay personas que cuando se ríen empiezan a ahogarse, como que les faltara aire y hacen pausas, pero se están riendo, otros hacen como que roncan jalando el aire para dentro, creo yo que lo hacen involuntariamente porque no lo pueden controlar, a ellos les da pena, pero para todos los demás es divertido y simpático.
Mi hermana me platicó que había conocido una persona, que le comentó que era mi hermana y la persona no le creía porque ella es güera y yo la verdad soy un poquito moreno porque me parezco a mi abuelo y ella a mi abuela, pero dice que empezaron a platicar y cuando la oyó reír dijo: ya me convenciste, por el modo de reírse nos relacionó, la misma manera tenemos de reírnos tenemos mi hermana y yo, la verdad que raro será que tanto que convivimos de niños nos imitábamos la risa sin darnos cuenta.
La sonrisa es el preámbulo de la risa. Los bebes cuando aprenden a reír, es un momento muy especial, muy emotivo , como en la película de la “Era del hielo”, en que la zarigüeya prehistórica se escondía y hacía como que lo asustaba diciéndole: ¿donde esta bebe? Y luego bú, él bebe se empezaba a reír muy agradable y tierno. Repetimos y repetimos la escena para oírlo reír.
Según Aristóteles el ser humano es el único animal de la naturaleza que se ríe, se cree que la risa es una capacidad que les permitía a nuestros ancestros diferenciar entre las acciones en juego y aclarar que no se trataba de una agresión, como que desde entonces éramos más violentos de lo que nos conviene aceptar. Nuestra sonrisa es una expresión facial utilizada por todas las razas del mundo para mostrar alegría, confianza y otras actitudes.
En una ocasión fuimos a un show de un muy buen cómico a un antro, este cuate tenía un monologo con mucha creatividad, porque nos hacía reírnos de cosas muy sencillas, de esas que a todos nos pasan, el show duro como 40 minutos, lo más difícil fue que al reírme tanto me empezó a doler el estómago por el esfuerzo y luego hasta la espalda. Tenía todo el cuerpo adolorido pero estaba feliz, la risa es una terapia buenísima para olvidarse de todo, solo disfruta el momento. Muy recomendable, que cuando sepan de un buen cómico vayan a verlo porque es un espectáculo muy reconfortante.
Hay un video en YouTube, bueno hay unos cuantos millones, pero este es un experimento de como la risa es contagiosa, se desarrolla en el metro de alguna ciudad, van los pasajeros en el vagón, se ve que ya es tarde, están cansados, nadie platica con nadie, están en una ciudad fría porque la mayoría usa bufanda. En una de las estaciones sube un hombre como de 50 años y empieza a reírse poco a poco, y luego tapándose con la bufanda para que los otros no creyeran que se burlaba de alguien, suelta la carcajada. Esto hace que la mayoría volteen a verlo, el sigue riéndose despacio y secándose una lagrima que le sale de tanta risa, y suelta otra carcajada, ese fue el detonante perfecto, la compañera de a un lado se empieza a reír a carcajadas y al poco rato se convierte todo el vagón del metro en pura risa y carcajadas. Todos están contentos y ya se voltean a ver entre ellos, y más risa les causa. No sé ha dicho ni una palabra, solo risas y carcajadas. En eso se detiene el metro en una estación, todos se callan, se sube un señor muy serio, y cuando arranca el metro, de nuevo sale otra vez la carcajada detonadora y todos a reír, el nuevo pasajero no entiende pero le sacan una sonrisa y luego se contagia también de la risa.
Algunas veces la risa es involuntaria y hasta vergonzosa, cuando una persona se cae y no debemos de reírnos pero quizás hizo un movimiento muy chistoso y no podemos controlar la risa, es algo que al imaginarnos de nuevo el movimiento, es imposible no reír a pesar de la desgracia de la otra persona. Lo que tratamos es de cubrirnos la boca con la mano o con la chamarra.
También de nervios se puede empezar a reír una persona, cuando lo van a entrevistar y quizás como mecanismo de defensa empezar a reír y la entrevista se hace más amena, sin tanta sobriedad que haga que la persona, como no está acostumbrada a hablar tan seria se pueda equivocar.
Hay gente que nos hace reír solo con su cara, quizás nos ha hecho reír tantas veces que con solo verlo nos hace reír. Recuerdo que un cómico nacional platico que en una ocasión una persona había estacionado su carro de una manera que no podía salir él, se bajó del carro para reclamarle a la persona del otro carro y la otra persona al verlo enojado, le daba risa, entonces el cómico al mostrar desesperación más hacia reír a la persona que le obstruía.
Recomendacion: anímate a reír, ¡a contagiar de risa a los demás! Haz tú el experimento… te vas a reír, a lo mejor se ríen de ti, pero casi seguro se ríen contigo.
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