Una historia real y diferente (parte 2)

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
4556 visitas

Marcar como relato favorito

Al recogerla me sonrió con aceptación (sonreía poco, pero cuando lo hacía tenía una sonrisa muy bonita) viendo que había cumplido mi parte y me dijo… voy a cumplir un deseo (lo que no sabía era que yo desearía todo lo que iba a pasar más que ella…). Primero, para darle aún más emoción, quiero que nos apostemos algo (tanto ella como yo tenemos una situación económica buena por lo que no fue por dinero sino por el morbo de ver quien conseguía llevárselo) a que antes de que lleguemos a tu casa consigo que te corras sin tocar tu pene con mis manos, pero tienes que prometerme que pararas si ves que no puedes mantener perfectamente la atención en la carretera y que irás despacio. Apostamos y sinceramente creí que sería hasta fácil poder llegar a casa y ganar esa apuesta, ya que a pesar que me gusta muchísimo que me hagan una mamada, nadie había hecho que me corriera solo usando la boca sin que yo pudiera evitarlo o contenerme.  En cuanto arranqué, sin perder un segundo empezó a chuparme mi pene muy sensualmente. Yo estaba completamente empalmado desde antes de que empezara ya que para eso no hace falta mucho. Yo seguía atento a la carretera e incluso utilizaba eso para evitar excitarme y llegar un punto en el que estuviera a su merced, pero llego un momento en que tuve que parar en el arcén porque empezaba a sentir que aquello empezaba a írseme de las manos y a sentir espasmos como si fuera a correrme. Paré en el arcén y recliné un poco mi asiento. Siguió chupándome mi pene hasta que tuve que advertirla de que no podía aguantar mucho más, para que cogiera algún kleenex para no manchar de semen todo el asiento. Le dije… , coge algún pañuelo… a lo que ella me respondió… no hace falta…

Se mojo el dedo y empezó a acariciarme el ano mientras seguía chupando mi pene. Me daban espasmos. Empezó a introducir su dedo en mi culo y no pude aguantar más. Mientras me corría ella seguía chupando mi pene aún con más fuerza y metiendo su dedo en mi culo más dentro. Sentía mareos del placer y gritaba y jadeaba como no recuerdo haberlo hecho nunca. Es indescriptible hasta que punto perdí el control de mi cuerpo… Cuando paró me dijo… Me gusta tu semen. Uff que placer… En otras ocasiones ya había dejado que me corriera mientras me lo chupaba, pero no se había tragado todo. Esta vez siguió chupándomelo hasta un rato después de que terminara, provocándome espasmos y sintiendo que no podía hacer nada, ya que le dije que ella era mi dueña hasta que llegásemos a mi casa. Sentí hasta algo de dolor, ya que al estar mi pene tan sensible después de correrme, sientes escalofríos con el mero hecho de tocarlo… cuanto más si lo sigue chupando con fuerza y te siguen violando el culo.  

Tuve que estar allí un rato hasta que pude recuperarme para conducir y esos momentos solo pensaba lo maravillosa que era y en que podría hacer para compensarla cuando llegáramos a casa. Como hacerla disfrutar tanto como me había hecho disfrutar a mí. Y tenía ideas, ya que las otras veces que quedamos me sugirió algunas cosas que ella deseaba y que a mí también me ponían a cien, pero que hasta entonces no habíamos hecho.

Llegamos a mi casa y entramos. Primero nos tomamos algo, charlamos lo cual me vino genial para recuperarme bien para el segundo round. Después nos duchamos, aprovechando esa ducha para empezar a jugar. Enjabone lentamente su cuerpo acariciando y masajeando sus pechos, sus pezones que estaban completamente hinchados. Me puse de rodillas para comer su coño mientras el agua que caía resbalaba por mi cara. Estuvimos un rato, pero no quería que la ducha fuera su sorpresa… así que bajamos al sótano donde tengo un pequeño gimnasio y donde había pensado que pasará todo.

Ella estaba completamente sumisa, pendiente de que le diera ordenes tal y como prometió y yo la estaba deseando más que nunca después de lo que habíamos vivido antes.

Me dispuse a darle órdenes y a tratarla como una verdadera esclava sexual.

Mia desnúdate!

Así lo hizo.

Como no es muy alta puse una especie de altillo debajo de una barra que tengo para hacer gimnasia, le ordené que se subiera ahí y la até con unas gomas por las muñecas a la barra y por los tobillos a unos ganchos que tengo en el gimnasio en el suelo. Cuando abrió las piernas para que le atara los tobillos vi que su coño estaba muy muy húmedo por lo que no pude resistirme a lamérselo y beberme todos sus flujos, lo que hizo que le flojearan las piernas por un momento.

Una vez atada acordamos una palabra para que, si algo le molestaba o no quería seguir, me la dijera y pararíamos inmediatamente. Le puse una venda en los ojos para que se concentrase solo en el placer.

Me quedé mirándola y me dije… no hay prisa, solo tu y ella, disfrutando.  No hay otra cosa en el mundo.

Yo también estaba completamente desnudo y completamente empalmado (una de mis exnovias que era enfermera me dijo una vez que parecía que tenía priapismo por lo fácil que me empalmaba y lo mucho que duraba incluso después de correrme). Empecé a acariciarla por detrás desde los tobillos a los glúteos y después por delante. evitando el coño y partes que reservaba para que ella fuese deseándolo tanto que estuviese como loca de deseo. Puse algo de lubricante sobre su cuerpo para que las caricias fuesen aún más agradables. No podía evitar de vez en cuando beberme lo que iba humedeciéndose en su coño y comerle su culo. Me encantaba su sabor y ver cómo le temblaban las piernas cuando lo hacía.

Continua en la tercera parte...


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed