Denunciar relato
Palpé la cómoda en busca de mi copa y,
ansioso volví a ofrecerme a sus manos.
A su merced, y sus travesuras.
¡Despiadada hechicera!
Miel y cerezas por rocío,
envueltas en hojaldre fino.
Al atardecer, mi alma estuvo violada.
La misma noche,
voluntariamente,
le entregué lo que quedaba.
2017
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