Paradojas

Érase una vez… ¿Cómo?... Ya lo sé, ya lo sé, siempre el mismo comienzo. ¿Ocurre algo? ¿No? Pues…

Érase una vez un hombre que no era tal hombre y una mujer que sí era una mujer. Se amaron cuanto pudieron pero un día, sin ninguna razón, todo terminó entre ellos. Sus vidas seguirían distintos derroteros.

A los treinta años volvieron a encontrarse y cuáles fueron sus sorpresas que todo su amor volvió a renacer, pero el hombre seguía no siendo tal hombre y la mujer seguía siendo tal mujer. Se amaron en extremo pero un día, con razón, todo terminó entre ellos. Y es que la muerte no perdona ni al hombre, aunque no sea hombre, ni a la mujer, siendo mujer, ni al amor… aunque no sea verdadero.