Reflejas tus pensamientos
con obras deliciosas.
Es fácil quererte,
amar lo que haces,
compartir y ser
en la destreza de un aprendizaje
que consideramos continuado.
Restauras las miradas
de antaño, de siempre,
y sigues en un nuevo escenario.
Has cautivado los anhelos
de una era
que vuelve como si fuera ayer.
Previenes
y planteas que todo es posible
en un trayecto
que nos complementa.
Hemos generado amor,
mucho, más.
Nos queda todavía
una ingente dosis por enseñar.
Nos dejamos llevar
por una misión
que lo interesante lo hace factible.
Hemos hallado
más respuestas
de las buscadas
y desde la precisión infinita
seguimos hasta el mismo fin,
que es la felicidad.
Nos reflejamos
el uno en el otro
y somos con la ventaja
de tenernos en paz.
Damos gracias
por existir juntos
en un trecho de mejorías.
Juan Tomás Frutos.
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